lunes, 30 de mayo de 2016

La archienemiga de Robert M. Pickman

Esto no podía ser posible. Habían conseguido infiltrarse. Habían llegado hasta allí, le habían detectado e iban a por él. Pero no iban a conseguirlo. Él sabía más que ellos. Todas las mañanas leía todos los blogs que podían ver más allá de la matriz, colaboraba con el resto de despiertos y, definitivamente, sabía la verdad. Además de todo esto, tenía un canal de Youtube con un montón de seguidores. no iban a detenerlo. Nunca.

Todo esto pasaba por la cabeza de Robert M. Pickman mientras miraba horrorizado el panel de anuncios  en la entrada de la Universidad de Miskatonic en el que el día anterior había colgado el cartel sobre la conferencia que iba a dar hoy. Aquellos idiotas creyentes de la ciencia más oscurantista, que se negaba a ver más allá de sus propios ojos, ya le habían mirado mal cuando se había presentado con la propuesta. No podía entender que se negaran a aceptar una conferencia con un título como "Los intraterrestres de La Atlántida y su relación con las pirámides de Egipto". Afortunadamente para él y para el conocimiento del común de los mortales, al menos los de esa universidad, había un grupo de profesores e investigadores que no opinaban igual. Se hacían llamar Fundación Wilmarth. Ellos también pensaban que había relación entre los habitantes de La Atlántida y Egipto, aunque tenían una idea bastante distinta a la suya, algo relacionado con una editorial de cómics y una empresa de cursos por correspondencia o algo así. La cuestión es que con el favor de este grupo, que era bastante respetado dentro de la comunidad universitaria, había conseguido llevar adelante el proyecto. Después del visto bueno y seleccionado el día de la conferencia, había llenado la entrada de la universidad con carteles... carteles que habían desaparecido misteriosamente.

Robert empezó a darle vueltas a qué grupo podía ser el culpable de tan deleznable sabotaje. Podían ser los illuminati infiltrados en toda universidad. Todo el mundo sabía que las universidades estaban llenas de illuminati, masones, rosacruces, templarios y vendedores de seguros que conspiraban para ocultar la verdad al mundo y hacerse con el control de la sociedad. Pero eso era demasiado evidente. Cualquiera sumaría dos más dos. Por otro lado, podían ser los supervivientes de La Atlántida, seres superiores que se ocultan entre la humanidad hasta el momento en que se alcen. Pero tampoco podían ser ellos, también sería demasiado evidente. Entonces ¿quién podría estar en contra de su conferencia? Los grises y las otras 238467534236642 especies alienígenas que visitaban el planeta o estaban infiltrados entre los humanos no tenían ninguna razón para impedir su conferencia. Tampoco los reptilianos, pues sus planes eran más sutiles. Los nazis de la tierra hueca eran una buena opción, pero aquel no era su habitual modus operandi. Los hombres de negro de la CIA tampoco podían ser... tampoco El Club Bilderberg... ni Majestic 12... ni las empresas petroleras que controlaban la economía mundial y pretendían destruir el medio ambiente... ni las farmacéuticas que ocultaban las curas para las mayoría de enfermedades... se le acababan los grupos conspirativos que dominaban el mundo e intentaban ocultar la verdad.

-¡Hola, Robert! ¿Qué haces aquí?

Robert Pickman dio un respingo y se giró preparado para el ataque. Se encontró con Seabury sonriente con su pipa en la mano, de la que emanaban volutas de humo.

-Alguien está intentando ocultar la verdad -respondió.

-La... ¿verdad? Sé más certero.

-¡La verdad! ¡La conferencia sobre los intraterrestres atlantes que voy a dar luego! -exclamó Robert haciendo aspavientos.

-Aaaaah... es verdad, se me había olvidado. Así que la conferencia es hoy -dijo Seabury.

-Sí, pero hay un grupo de insidiosos hombres que intenta que la gente no sepa sobre ella, evitando que vayan a escuchar la verdad que no quieren que se sepa. No sé quienes son, pero están aquí.

Seabury suspiró y pasó el brazo sobre el hombro de Robert, acompañándole al interior de la universidad.

-Tranquilo, muchacho, mucha gente se dedica a arrancar carteles para colgar los suyos. O puede ser que se lo haya comido el devorador de papel de la dimensión ópalo que invocaron por error los del departamento de física aplicada, ese bicho ha dejado sin folios a media universidad y no sé si lo habrán capturado.

-No, no ha sido eso. Alguien quiere silenciar la verdad. Alguien que quiere que sigamos siendo borregos obedientes que no se cuestionan nada ¡pero no lo van a conseguir! ¡Subiré un artículo a mi blog destapando la verdad! ¡Y un vídeo a mi canal de Youtube! ¡Se van a enterar estos!

Mientras avanzaban entre los árboles del jardín universitario, verdes del esplendor de la primavera, alguien que corría se cruzó con ellos. Se trataba de alguien con la chaqueta con coderas propia de un profesor y pantalón de pana, gafas de montura gruesa y una piedra de forma estrellada en la mano. Su expresión era de urgencia.

-Señor Pickman, llevo toda la mañana buscándole -dijo el nervioso individuo mesándose el canoso pelo. -Soy el profesor Derby, de La Fundación Wilmarth, y es mi deber informarle de que alguien está intentando sabotear su conferencia.

-¡¡¡Lo sabía!!! -exclamó Robert.

Seabury alzó la mirada al cielo.

-Me han llegado rumores de que alguien está hablando con malas palabras de su conferencia y está intentado evitar que se lleve a cabo. Afortunadamente hemos investigado y sabemos que no es nadie de ningún culto a las DCC. Aún así, por si acaso, llevo esta estrella de Mnar por si las moscas. Llevaría también un paquete de Goma 2, pero en estos momentos el grupo está usando todos los explosivos en la búsqueda y captura de un gul en el cementerio viejo.

-Profesor Derby -dijo Seabury -, si no hay ninguna DCC en este asunto ¿qué tienen ustedes que hacer aquí? ¿No debería estar ayudando a sus amigos a dinamitar el cementerio?

-No, yo me he quedado en la universidad para vigilar -respondió el profesor asintiendo con la cabeza.

-Ya... vigilar... -musitó Seabury.

El grupo pasó por delante de la facultad de Física y vieron pasar a un par de profesores persiguiendo a una extraña criatura de dificultosa descripción que iba cargada de papeles que devoraba sin pausa.

-Anda, mira, aún no han capturado al devorador de papel -dijo Seabury mientras daba una chupada a su pipa.

-¡¡¡Es una CCC!!! ¡Lo siento, Pickmans, hablaremos más tarde! -exclamó el profesor Derby. Alzó el brazo en el que llevaba la piedra con forma de estrella y salió disparado detrás de la criatura devoradora de papel.

-Un día normal en la Miskatonic -dijo distraídamente Seabury.

Cerca de la facultad de Física había un tablón de anuncios repleto de octavillas y posters. Robert se acercó a él y comenzó a escrutarlo, hasta que dio con lo que estaba buscando y se giró hacia Seabury.

-¡Mira! Aquí queda uno de mis anuncios. El devorador de papel no se lo ha comido, así que no ha sido él el que ha quitado los otros. Por lo tanto, hay alguien interesado en que no se conozca la verdad. Hay alguien en esta universidad en contra de mi conferencia y no voy a desistir hasta descubrir quien es esa persona ¡¡¡y a divulgarlo por internet!!!

Mientras  Robert soltaba esta perorata, una mano pasó por su lado y arrancó el anuncio de su conferencia.

-¡Eh! ¡Alto ahí, agente de la desinformación! -exclamó.

Robert intentó hacerse con el anuncio, pero el brazo fue más rápido y, con fuerza, lo arrugó. Robert se giró para confrontar a su enemigo y se quedó estupefacto al ver de quien se trataba. Era una mujer de unos treinta años, de ojos azules y pelo rubio que le caía liso hasta el cuello, vestida con una bata de laboratorio, bajo la que se veía una camisa azul y unos pantalones negros. Unas gafas de montura al aire colgaban de su cuello y una expresión de inteligencia se mostraba en su mirada.

-Pero si es la nueva profesora de la universidad -dijo Seabury. -Buenos días, doctora Springwood.

-Buenos días -dijo ella  con una sonrisa dirigida a Seabury.

-¡¿Nueva?! -exclamó Robert escupiendo fuego por los ojos. -Está claro que está aquí para evitar que la gente sepa la verdad. ¿Para quién trabajas, eh? ¿Hay un nuevo grupo ahí fuera del que debamos saber?

-¿Qué va, Robert? -le dijo Seabury. -Está aquí para sustituir al doctor Anderson, que cometió el enorme error de unirse a la fundación Wilmarth y sufrió y lamentable accidente con un explosivo puesto en una caja de zapatos. Alguien debería hacerle ver a esa gente su obsesión con las cosas que explotan.

-Sí -dijo la doctora Springwood. -Tengo entendido que esa fundación Wilmarth se dedica a la búsqueda de... ¿extraterrestres?

-¡Ajá! Por eso me caían tan bien... Y tú has venido a sustituir a alguien que busca divulgar la existencia de visitantes de otros planetas ¿eh?

-No, vengo a sustituirle en su departamento como profesora, pero no estaría de más que hablara con esa "fundación Wilmarth".

-¿Ves, Seabury? Y también está intentando evitar mi conferencia -decía Robert gesticulando como si tuviera una sobredosis de cafeína.

-Cualquier persona con dos dedos de frente haría lo posible porque en una universidad con un mínimo de renombre no se impartiera una conferencia sobre un tema tan absurdo como ese. En la universidad no tienen cabida la pseudociencia, las doctrinas teosóficas, la ufología ni las tonterías similares. ¿Intraterrestres de La Atlántida? Divertido tema, escriba una novela sobre ello, pero ni se le ocurra intentar hablar de ello en una universidad, a menos que sea en la facultad de literatura, y siempre dejando claro que es una fantasía.

-¡¿Una fantasía?! ¡¡¡Ellos existen de verdad!!! ¡¡¡Tengo pruebas!!! ¡¡¡Hay videos en Youtube sobre ello!!! ¡¡¡Y fotos borrosas y movidas en las que se intuye algo que, clara e indiscutiblemente, son ellos!!!

La doctora Springwood se giró hacia Seabury ignorando claramente a Robert.

-Dígame, profesor Pickman, ¿este individuo se cayó de la cuna de pequeño?

-Eeeeeh... -fue a decir Seabury, pero fue interrumpido con vehemencia por Robert.

-Así que un ataque ad hominem ¿eh? Como no es capaz de desmontar mis argumentos decide atacarme a mi. Dígame su nombre, señora, que lo voy a divulgar por internet. ¡Todo el mundo sabrá quién es usted!

-Soy la doctora Daisy Springwood, titulada en biología, bioquímica, experta en zoología y botánica, con conocimientos en astronomía, antropología, farmacéutica y otras ramas de la ciencia. Soy escéptica a todo lo que no pueda ser demostrado científicamente con pruebas fehacientes, y por lo tanto no creo en los ovnis, en las visitas de extraterrestres a este planeta, en la existencia de otras especies inteligentes en este mundo, en la tierra hueca, en la existencia de elaboradas conspiraciones para ocultar innombrables secretos o la conquista de este mundo, en la existencia de dioses, magia, brujería, criptozoología y otras maguferías.

-Eeeeh -le interrumpió Seabury. -¿Sabe usted, doctora Springwood, a la ciudad a la que ha venido?

-Lo sé perfectamente -le respondió -, una ciudad en cuya universidad hay un grupo dedicado a la caza y captura de aliens y se permite la presencia de un individuo que quiere dar una conferencia sobre un tema tan absurdo como los intraterrestres de la tierra hueca que vivían en La Atlántida. Conmigo en esta universidad las cosas van a cambiar.

-¡Ja! Me da igual, por mucho que haga, daré mi conferencia.

-Me temo que no -le respondió ella con una sonrisa siniestra. -¿Por qué cree que estoy arrancando los carteles? Antes de hacerlo pasé por la oficina del decano y conseguí evitar que se llevara a cabo ese insulto a la ciencia.

Los ojos de Robert estaban inyectados en sangre y su cara comenzaba a tomar la coloración de una cereza. Sus puños estaban tan apretados que estaban dejando la marca de las uñas en la palma de las manos.

-Usted... ha hecho un enemigo poderoso -dijo con una voz sibilante.

Robert se giró y salió disparado hacia la salida de la universidad dando grandes zancadas.

-¡Esto no acaba aquí! ¡Internet sabrá de esto! ¡Se lo aseguro!

Atravesó las puertas del campus y desapareció de la vista de Seabury y la doctora Springwood.

-Una día normal en la universidad Miskatonic -volvió a decir Seabury. -¿Quiere que le invite a un café?

-Me encantaría -dijo la doctora Springwood con una sonrisa.

Mientras se dirigían a la cafetería, pasó por delante de ellos la criatura devoradora de papel, con un fajo de folios en las manos, siendo perseguido por el profesor Derby lanzándole piedras estrelladas.

-¿Qué ha sido eso? -preguntó ella extrañada.

-Oh, nada. Un pequeño accidente en el laboratorio de Física Aplicada. Se acostumbrará.

Y entraron en la cafetería dejando el problema para ser resuelto por otros.

miércoles, 25 de mayo de 2016

¿Quién es Brian Danforth?


En La Llave y la Puerta ha aparecido en diversas ocasiones un curioso personaje, el escritor ficticio de terror Brian Danforth. Este individuo entra en la categoría de lo que se puede considerar un "sistematizador de Los Mitos de Cthulhu". Se trata de uno de esos autores que, siguiendo el rastro dejado por Lovecraft, se dedican a clasificar, encasillar y cuadrar toda la cosmología lovecraftiana para conformar un todo sistematizado y organizado, sin los huecos en blanco y las alusiones vagas e indicios que apuntaba el Maestro de Providence en su obra. Hay que recordar que el conjunto de la obra de H.P. Lovecraft, tanto sus relatos macabros, sus incursiones dunsanianas de las Tierras del Sueño, sus historias de horror cósmico y su corpus de los Mitos de Cthulhu (denominación acuñada por August Derleth) no formaban un todo cohesionado. Existían puntos en común, pero Lovecraft nunca estableció jerarquías completamente definidas para su insano panteón, ni cerró las relaciones que se podían producir entre las diversas criaturas de su cosmos. Se dedicó a ir dando forma a un mundo propio lleno de horrores que no podían existir y deidades monstruosas más allá de la comprensión humana, particularmente en cuanto a los Mitos de Cthulhu.

Pero la sistematización y clasificación no son las únicas características que definen el estilo de Brian Danforth. Se trata, también, de un asiduo de la Teoría de los Elementos creada por August Derleth. Según esta, los dioses y primigenios del Ciclo de Cthulhu se pueden clasificar agrupándolos en base a los cuatro elementos de la antigüedad: tierra, aire, agua y fuego. De esta manera, las relaciones entre ellos y sus sirvientes estarían determinadas por afinidades entre los elementos. Por otro lado, también desarrolla en sus obras un maniqueismo artificial que divide a las fuerzas y seres de los Mitos en un enterno conflicto entre un Bien y un Mal cósmicos, donde los Primigenios y sus servidores serían las fuerzas del mal y los Arquetípicos representarían su opuesto. Por otro lado, hallamos también que trata a algunas criaturas de los mitos como simple carne de cañón para que caigan fácilmente derrotados por los héroes. A los seres considerados como alienígenas más clásicos, como los Hongos de Yuggoth, los convierte en foco de las conspiraciones UFO y creadores de absurdos planes para conquistar el mundo.

De esta manera, es normal que Brian Danforth esté mal considerado por los seres de los Mitos de Cthulhu, así como sea un ídolo para la absurda Fundación Wilmarth. De hecho, la Fundación basa su terminología en las obras de Danforth. Así, a los Primigenios y otras deidades los clasifican genéricamente como DCC, acrónimo de "Deidades del Ciclo de Cthulhu", mientras que los seres de los Mitos están etiquetados como CCC, "Criaturas del Ciclo de Cthulhu".

Pero... ¿de donde surge Brian Danforth? Se trata de un homenaje paródico a August Derleth, el primer gran sistematizador y a los escritores que siguieron sus pasos y continuaron con su particular labor de encasillamiento y clasificación, como Brian Lumley y Lin Carter.

sábado, 21 de mayo de 2016

¡Nos atacan comunistas nazis!

-¡Nos atacan comunistas nazis! -exclamó Odín ante su desconcertada oyente.

Kate, sorprendida, extrañada, dió un potente mordisco al bocadillo de pescado empanado y comenzó a masticar lenta y pausadamente mientras clavaba en el nórdico la mirada. Había tenido una mañana más bien complicada con un larguísimo examen, y, aprovechando que era su día libre en el trabajo, había decidido dedicarse a procrastinar toda la tarde. Evangeline estaba encerrada bajo siete llaves en su habitación estudiando, y Kate sólo tenía ganas de descansar, descansar y descansar. Por eso, sin ganas de cocinar, había acabado en el EldritchBurguer para comer. Lo que no esperaba era que un espantado dios nórdico irrumpiera como un vendaval en el local y se dirigiera a ella con esa extraña exclamación. Por ello, no estando dispuesta a que nada le fastidiara la tarde, se dedicó a acabar de comer antes de verse involucrada contra su voluntad en otra extraña y absurda aventura pulp en Arkham.

Odín asintió atónito a la comida de la joven, que tan sólo deseaba poder finalizar su colación con tranquilidad. Por muy grave que fuera el asunto, Kate no estaba dispuesta a dejarse arrastrar sin haber comido antes. Además, si era algo particularmente bestia, había gente más capacitada que ella para hacerse cargo del embrollo. Y, en el peor de los casos, una llamada a la Fundación Pickman bastaba para que se encargaran de todo con su particular y explosivo método. El dios principal del panteón nórdico había acudido a la Universidad Miskatonic para participar en un simposio sobre las colonizaciones de los vikingos en Terranova, al que asistía bajo el seudónimo de Wotan Fjölnir, como era conocido entre la comunidad académica. Por suerte no se había traído consigo a Thor, o al pesado de Zeus, e incluso Brontes estaba atareado con un seminario sobre "Metalurgias exóticas e ingeniería experimental". Se trataba de uno de esos eventos característicos de la Miskatonic al que acudían los alumnos más excéntricos o los que estuvieran muy desesperados por obtener créditos y acreditaciones académicas.

Cuando Kate acabó de comer, mientras se estiraba en la silla del restaurante, perezosamente, como un gato ahíto, le preguntó a Odín sobre lo que estaba sucediendo:

-Bueno, ya he comido. Ahora explícame que es eso de los comunistas nazis, McBane, que esto no es un capítulo de Los Simpson.

El nórdico, un tanto desconcertado por la referencia, respondió:

-¿Cómo? ¿Qué?... Bueno, vamos al grano. Como ya te he dicho ha aparecido algo "raro" e "inusual" en las calles de Arkham. Parece una especie de versión diferente de los Ritter reptilianos que vimos en Dunwich. Mientras que aquellos eran Mk II, este otro tiene aspecto de ser un modelo más avanzado, y tiene modificaciones extrañas, propias de la ingeniera morlock. Y... bueno... será mejor que lo veas...

-¿Y qué quieres que haga yo? Joder, solo soy una estudiante normal. Solo quiero acabar mis estudios, trabajar y compartir mi vida con Welcome y tirarmela. ¿Qué voy a hacer yo contra un engendro mecánico de los RNLO?

-Es que, verás, esto no es normal. Si fuera simplemente un armatoste robótico buscando pelea, yo mismo me habría encargado de él. La cosa es que se comporta de una manera extraña, y, eres la única estudiante a la que conozco por estos lares. Brontes está con su seminario, Anna y Harvey, tras el incidente con el fantasma del Departamento de Matemáticas, están fuera de la ciudad, Robert no serviría para nada, Seabury está preparando las clases de la tarde, y los demás de Alfa Strike no están localizables o serían peor que tener al trasto ese dando vueltas por Arkham.

Resignada, Kate se levantó y dijo:

-Bien, veamos a ese comunista nazi...
No fue necesario ir demasiado lejos. Al salir del EldritchBurguer se encontraron lo que buscaban: se trataba de un enorme exoesqueleto acorazado clase Ritter de los RNLO, pintado con un esquema de color grisáceo, con insignias de serpientes y esvásticas. Como había dicho Odín, parecía más avanzado que los que habían visto en Dunwich, pero, al mismo tiempo había sufrido una anómala reconstrucción: junto con las insignias reptilianas había estrellas rojas, hoces y martillos y demás iconografía de los morlocks comunistas. Además, se le habían realizado modificaciones como placas de blindaje adicionales, pinchos, y se le habían retirado las armas de fuego. Sin embargo, no dejaba de ser un engendro mecánico antropomórfico de tres metros de altura dotado con dos poderosas garras en sus brazos. Por los altavoces que tenía instalados para transmitir la voz del piloto al exterior se alternaban "La Internacional" y el himno del partido nazi, junto con soflamas desquiciadas que mezclaban preceptos comunistas con una especie de desvaríos nacionalistas-fascistas.

Pero, lo más característico de aquel esperpento era que... salvo la contaminación acústica y que era más pesado que una cuadrilla de Testigos de Jehová, parecía relativamente inofensivo. Sí, la música y las soflamas eran una molestia continua, y sí, se dedicaba a parar estudiantes y demás gente que pasaba por la zona y a soltarles aburridos discursos y esloganes trasnochados, pero hasta el momento no parecía estar haciendo nada más peligroso. Además, Kate, con su ojo entrenado por sus estudios de Historia del Arte y sus ocasionales trabajos como modelo para pintores (aunque sospechaba que alguno la hacía posar sólo por verla desnuda, aunque luego el resultado artístico fuera correcto), se percató de que había algo que fallaba en la configuración del exoesqueleto. O bien el piloto era anormalmente delgado, incluso para lo que podían llegar a ser algunos reptilianos (un piloto morlock estaba descartado, son demasiado robustos), o bien se trataba de algún tipo de robot controlado a distancia o, incluso una IA.

Finalmente, el Ritter modificado (entre las caóticas decoraciones se podía ver el modelo, Mk VI) parecío percatarse de la presencia del nórdico y de la joven. Pero había algo que le llamó más la atención: el EldritchBurguer. Silenció la música, cayó y se acercó a la extraña pareja. El casco del exoesqueleto se movió para mirarlos a ellos y al restaurante a sus espaldas. Entonces volvió a hablar, pero un tono diferente, casi de adoración:

-Lo veo, lo reconozco en mis archivos. Este es el mítico EldritchBurguer, donde la Resistencia estableció su cuartel general. Pero está intacto, funcionando, sin las defensas automáticas activadas ni las barricadas y fortificaciones. Tú eres Odín, Wotan, el que lideró la carga de Alfa Strike contra la Oleada Escamosa. Tú eres Katherine "Bogatyr" Ashford, la segunda al mando de la Resistencia. Soy el Ritter Mk VI Ribbentrop-Mólotov, enviado desde el futuro para advertiros del alzamiento del Día de la Serpiente, cuando los RNLO lanzaran su campaña de conquista mundial. Debéis evitarlo... tarlo... tarlo... lo....

De repente el Ritter se detuvo y padeció una convulsión, como si hubiera sufrido un cortocircuito. Nuevamente se puso en marcha, pero algo parecía haber cambiado.

-¡Se acerca el momento del ascenso del Reich Reptiliano! ¡El Día de la Serpiente está cerca y yo debo guiar a los gloriosos ejércitos RNLO a alzarse y conquistar! ¡Mis conocimientos del futuro son esenciales para asegurar la victoria!

Con un nuevo estremecimiento, el esquizofrénico robot volvió a cambiar de personalidad. Kate, sintiendo una intensa vergüenza ajena ante el lamentable espectáculo, fue testigo de varios de estos cambios de personalidad o programación, hasta que, un tanto harta del asunto, se situó detrás del Ritter y le propinó una certera patada. El golpe pareció lograr que se estabilizara en el modo más favorable, es decir, el que no era un fanático a favor de los RNLO.

Una vez estabilizado el robot, Odín y Kate se dedicaron a interrogarle exhaustivamente. Así, supieron de los absurdos planes de los RNLO, que, por algún extraño motivo habían logrado tener éxito, consistían en verter cajas y cajas de aspirinas en el suministro de agua, que, según sus absurdos planes, ayudarían a evitar los masivos daños cerebrovasculares producidos por un progresivo incremento en la programación televisiva de contenidos cada vez más estúpidos, combinados con el ascenso de políticos cada vez más estúpidos de extrema derecha. De esta manera, se produjo el ascenso de una idiocracia  que cayó fácilmente bajo el dominio de los RNLO, salvo una irreductible aldea gal.... estooo.... ciudad de Nueva Inglaterra, llamada Arkham, que se convirtió en el núcleo de la resistencia contra la estupidez. De esta manera, los morlocks y los intelectuales (que no intelectualoides) se unieron para luchar contra el auge de los reptilianos e impedir su dominio total. Por ello, lograron capturar un Ritter Mk VI, modificarlo y reprogramarlo para enviarlo al pasado y tratar de impedir este posible futuro. Lamentablemente, las cosas no salieron bien del todo, por lo que los fuertes campos magnéticos de la máquina del tiempo (decidieron construir una máquina del tiempo en lugar de usar un hechizo de crear portal en el tiempo, cosas de los morlocks...) desestabilizaron los circuitos del robot, haciendo que recuperara de forma intermitente y ocasional su programación original.

-Entonces -concluyó Kate-, no se trata del mismo futuro que aquel del equidna cibernético, sino de otro similar. Esto ya parece Marvel Comics de los '90 y sus futuros alternativos... Eso sí, ni de coña me voy a embutir en un uniforme ceñido y con muchos bolsillos y a dedicarme a hacer poses. Y menos me voy a operar las tetas para tenerlas bien grandes y que parezcan pelotas. Está bien, las partes operativas las dejo en tus manos, Odín. En cuanto a tí -dijo dirigiéndose al robot- creo que harás un buen papel con los morlocks. Por mi parte, voy a recuperar mis planes originales para el día de hoy: procrastinar como si no hubiera mañana.

Tras decir esto, Kate se alejó del EldritchBurguer camino al piso compartido en el que vivía, dispuesta a descansar y no hacer nada finalmente. Por su parte, Odín se tuvo que encargar de guiar a Ribbentrop-Mólotov a las zonas de los túneles bajo Arkham donde tenían los morlocks su base.

sábado, 14 de mayo de 2016

El fantasma del departamento de matemáticas

Eran las siete de la tarde cuando el alumno entró en el edificio central de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Miskatonic. Su objetivo era dejar un trabajo que debía ser entregado ese mismo día, con hora límite las ocho de la tarde. Por poco llegaba tarde, pero, afortunadamente para él, lo había conseguido. 

Tras cruzar las puertas fue buscando los buzones de los profesores. Allí tenía intención de dejar el trabajo, pues sabía que el profesor que lo había pedido, abriría su buzón antes de terminar la jornada a las nueve de la noche. Finalmente dio con el pasillo que lo llevaba al departamento de matemáticas, y allí se dirigió presto.

En el silencio de la tarde, un repentino sonido tras él le hizo dar un respingo. El alumno se giró y no vio a nadie allí. Siguió caminando por el pasillo sin dar importancia al sonido. Volvió a escucharse, ahora más fuerte. El alumno se giró. Allí no había nada. Apretó el paso comenzando a sentirse nervioso. El sonido volvió a escucharse. Justo detrás de él. El alumno se giró. El grito se pudo escuchar por todo el edificio.

Cuando las puertas de los despachos se abrieron, con los profesores curiosos asomándose a ver qué había pasado, encontraron al conserje del edificio arrodillado delante de un chaval que lanzaba entrecortados farfullidos.

-La incógnita... la incógnita... debo despejar la incógnita...

Estaba claro. Era otra víctima del fantasma del departamento de matemáticas.



Las nubes cubrían el cielo y podían escucharse truenos lejanos amenazando tormenta cuando Anna Pickman llegó a la Universidad Miskatonic. Eran las nueve de la noche, la hora a la que terminaba la jornada y los estudiantes marchaban a casa, o a la residencia estudiantil donde se alojaran. En las puertas de la universidad, junto a los chavales que ya se marchaban, estaba Seabury Pickman fumando en pipa. Cuando la vio la saludó con la cabeza.

-Estaba entrenando movimientos de artes marciales hawaianas ¿se puede saber para qué me has traído a la universidad a estas horas? -le preguntó a Seabury.

-¿Artes marciales hawaianas? ¿para qué ibas a querer aprender artes marciales hawaianas?

-Para protegerme -respondió ella.

Seabury se la quedó mirando boquiabierto.

-Sabes más de quince estilos de lucha diferentes, así como el manejo de casi todas las armas blancas conocidas, por no hablar del uso de armas de fuego... 

-¿Y qué? El conocimiento no es malo... ¿me vas a decir para qué he venido o vas a seguir interrogándome sobre mi estilo de vida?

Seabury dio una chupada a su pipa y un hilo de humo salió perezoso hacia el aire nocturno.

-Necesitamos los servicios de un medium o algo parecido en el edificio de ciencias. Hace más de una semana que, cada vez que va un alumno allí para cualquier cuestión a cualquier hora de la tarde, es atacado por lo que parece ser un fantasma. Este los deja en el suelo bastante desorientados.

-¿Sólo los deja desorientados? ¿Seguro que esos alumnos no han fumado antes un poco de tabaco de la risa? -preguntó ella con una sonrisa.

-Seguro. Todos ellos acaban en el suelo, con la cara blanca como la nieve, y repitiendo todo el rato que necesitan la respuesta a una incógnita. Tenemos a uno que ha sido atacado hace un par de horas, así que podrás interrogarle.

Los Pickman llegaron hasta el edificio principal de la Facultad de Matemáticas y, cuando abrieron la puerta, un rayo destelló en el cielo. Ambos miraron al cielo encapotado y sintieron la amenaza de lluvia.

-Una historia de fantasmas en una noche tormentosa -musitó Anna -Ni que estuviéramos en una película de terror de los años '50.

Cruzaron el edificio en dirección al pasillo que conducía al departamento de matemáticas y allí, en un banco, vieron al alumno acompañado de un profesor que le daba un vaso de agua.

-Buenas noches, somos Seabury y Anna Pickman -dijo Seabury al chaval, que todavía seguía abrumado por lo que le había pasado.

-Me alegro de que hayan conseguido venir tan pronto -dijo el profesor que acompañaba al estudiante con una sonrisa.

Anna se acercó al muchacho. Este tenía entre manos el vaso de agua y ella pudo ver cómo la superficie de agua temblaba como si un tiranosaurio se estuviera acercando.

-Necesito que me cuentes lo que te ha pasado. Soy una investigadora psíquica y puedo enfrentarme a lo que te ha atacado -le dijo.

El estudiante tragó saliva y dio un sorbo al vaso de agua.

-Ha sido algo espeluznante. Venía a entregar un trabajo al doctor Sheppard cuando he sentido que alguien me seguía cuando he llegado a este pasillo. Al principio no le he hecho caso, pero ese fuera lo que fuera me estaba siguiendo... cuando me he girado... ¡era horrible! 

-¿Horrible cómo? ¿Nivel victoria electoral de Donald Trump? -dijo Seabury.

Momento de silencio. Anna clavó una mirada asesina a Seabury. Este se giró hacia el profesor que les acompañaba y se puso a disimular.

-No puedo recordarlo -continuó el muchacho. -Pero sé que quería que resolviera un problema... un problema matemático.

Anna se quedó unos instantes pensando con la mano apoyada en la barbilla.

-¿Es posible que algún profesor muriera en esta facultad? ¿Sin resolver un problema matemático? -preguntó Anna.

El profesor que estaba con el estudiante se giró hacia ella.

-¿Un profesor que haya fallecido en la facultad? No, eso no ha sucedido. Y eso que esto es la Universidad Miskatonic, y es normal que algún profesor termine metiéndose en... oh... espere... Carl Stanford... era profesor de matemáticas complicadas.

-¿Matemáticas complicadas? -preguntó Anna. -¿Esa asignatura existe?

-Sí, era una asignatura hecha a imagen y semejanza del profesor Stanford. Una asignatura heredera de los estudios de Walter Gilman que buscaba conceptos matemáticos en la brujería y la magia ceremonial. Estos estudios demostraban que la magia era realmente ciencia matemática tan avanzada que no es fácil comprenderla como tal. Aunque el pobre Gilman murió demasiado joven, otras personas siguieron sus estudios y, con el tiempo, el profesor Carl Stanford dedicó su trabajo a esta disciplina. Finalmente apareció esta asignatura, lo que muchos estudiantes llaman un hueso duro de roer, pues los conceptos matemáticos y las ecuaciones son tan complicadas que ha habido varias pérdidas de cordura serias.

-¿Y qué fue de ese tal Carl Stanford? -preguntó Anna.

-Desapareció en un ángulo de cinco dimensiones en mitad de una clase -dijo el profesor.

-¡¿Que qué?! -exclamó Anna -lo dice como si eso fuera de lo más normal...

-Bueno... no es tan descabellado -dijo Seabury. -Recuerda El Callejón No Euclidiano, el que se encuentra junto a la calle Winters, su esquina de ángulos más allá de la razón se ha tragado a varios camiones de reparto y a algún que otro repartidor de pizzas.

-¡Ah! Debe ser por eso por lo que han puesto un cartel de prohibido el paso -dedujo Anna.

-¿Entonces el fantasma del departamento de matemáticas es el profesor Stanford? -preguntó Seabury.

-Y por alguna razón se manifiesta cuando entra alguien que no es del departamento... pero nosotros estamos aquí y no ha pasado nada -dijo Anna.

-Sí, debe ser Stanford, no le gustaba nada que entrara gente que no era de la facultad. Pensaba que sus coeficientes inferiores enrarecerían el ambiente de trabajo -dijo el profesor.

-¡Será elitista el tío! -exclamó Seabury -Por culpa de gente como ese, los profesores de universidad tenemos mala fama.

-Mmmm a lo mejor podemos atraerle -dijo Anna. Se sentó con las piernas cruzadas en el suelo y estiró los brazos cerrando los ojos. Comenzó a respirar en profundidad y, repentinamente, abrió los ojos -¡Te llamamos ante nosotros, Carl Stanford! ¡Si puedes oírnos... MANIFIÉSTATE!

Fue terminar estas palabras cuando una luz resplandeció en el pasillo, era una luz de un color verde siniestro que brillaba con tonos más allá del mundo conocido. Del interior de esta luz sobrenatural comenzaron a surgir unos tenues hilos de materia que tomaron forma de números y letras, estos fueron volviéndose cada vez más  nítidos hasta que los sorprendidos testigos se encontraron ante una fórmula matemática.

-¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAH!!!!!! -exclamó Seabury saliendo corriendo perseguido por la fórmula matemática -¡Quítameloooo! ¡Quítamelooooo!

-Seabury ¡¿se puede saber qué estás haciendo?! -exclamó Anna.

-Soy de letras puras ¿cómo quieres que me comporte ante la aparición de una ecuación de segundo grado ectoplásmica? -respondió Seabury mientras recorría todo el pasillo perseguido por la fórmula matemática.

-Seabury, estás dejando en ridículo el nombre de nuestra familia -musitó Anna tapándose la cara con la mano.

-¿CUAL ES LA SOLUCIÓN? ¡DESPEJA LA INCÓGNITA! ¡DESPEJA LA INCÓGNITA!

-¿De dónde sale esa voz? -dijo el profesor agachándose y buscando un lugar donde esconderse junto al estudiante, que se había desmayado.

Anna se levantó y se interpuso entre la fórmula matemática y Seabury, que huía de ella.

-Es el profesor Stanford, quiere que resolvamos la ecuación para ver si somos dignos de estar en esta facultad -dijo Anna. Cuando la ecuación estaba a punto de chocar con ella, alzó la mano y la plantó delante del constructo ectoplásmico -¡¡¡STOP!!!

La fórmula matemática ectoplásmica estalló en cientos de pedacitos de materia gelatinosa, que al contacto con el suelo y las paredes se evaporó.

-Muy bonito, profesor Stanford -dijo Anna. -Tienes suerte de que tu constructo de gelatina espectral se haya evaporado, no creo que a los de la limpieza les gustara encontrarse esto hecho un asco.

-¿CUAL ES LA SOLUCIÓN? ¡DESPEJA LA INCÓGNITA!

-¡No me da la gana! -exclamó Anna. -Tengo contactos en el más allá y suficiente poder mental para poder acceder al plano astral y darte una somanta de ostias, así que manifiéstate antes de que se me hinchen los ovarios.

La espectral luz verde volvió a brillar en el pasillo y de ella surgió una nueva forma ectoplásmica, esta se convirtió en un profesor típico con su jersey de algodón y sus pantalones de pana.

-¿QUIÉN OSA CONVOCARME? -preguntó el espectro.

-Soy Anna Pickman, del clan Pickman, pateadora de espíritus rebeldes, sometedora de apariciones díscolas y medium principal de esta región, así que cuidadín conmigo. Veo que tu afición en la otra vida es putear a pobres alumnos que se atreven a entrar a esta facultad. Siento que tu energía está demasiado atada a este recinto por vete a saber qué experimentos harías en vida, así que no puedo expulsarte... pero podemos hacer otra cosa. Abandonarás tu ostigamiento a los que entren a este edificio... ¡y te volverán a contratar como profesor de matemáticas complicadas!

-¿Pero cómo van a hacer eso? -preguntó Seabury alzando los brazos. -Pero si es un fantasma...

-Gente más rara ha dado clase en esta universidad. Además, lo único que tiene que hacer para poder ir a las clases es mantener su forma ectoplásmica mientras dure la jornada -respondió Anna. -¿Está de acuerdo con este trato, profesor Stanford?

El espíritu sopesó el ofrecimiento de Anna. Finalmente estiró el brazo y tendió la mano a la joven medium.

-Trato hecho.

-Bien, pues ahora iremos al decano y le hablaremos de nuestro trato, pero que no se vuelva a repetir esto, o no seré tan bondadosa.

-SÍÍÍÍ... PREPARAOS, ALUMNADO, PUES CARL STANFORD HA VUELTO.

El espíritu fue desplazándose  mediante levitación hacia las puertas de la facultad dejando atrás a los Pickman y al profesor (y el estudiante desmayado).

-Anna ¿eres consciente del monstruo que has liberado al mundo? -le dijo Seabury.

-Sí, se le llama profesor de matemáticas.

Y dicho esto se dirigió también hacia la salida de la facultad. El edificio central de la Facultad de Ciencias ya no era un lugar encantado.

viernes, 6 de mayo de 2016

Alfa Strike: El antro del horror estelar

Un absurdo, épico-decadente y disparatado homenaje a "El cubil del engendro estelar" de August Derleth y Mark Schorer.

Sala de reuniones de Alfa Strike, hogar de Loki en las Tierras del Sueño
Tras un periodo de descanso tras el asalto de Dunwich, Loki había vuelto a reunir al equipo de Alfa Strike Squad. Las merecidas vacaciones tras la actividad de los últimos meses habían tocado a su fin. Era hora de volver a la acción. Tras un período de relativa calma, NWE había vuelto a las andadas. Según los informes que había recibido el Herrero Mentiroso, la corporación multinacional, tras el desastre de BioGen había dedicado un tiempo a replantear su estrategia. Total, para volver otra vez a lo mismo pero con un objetivo más ambicioso. Según explicó Loki a los presentes, que eran la totalidad del equipo, la NWE se estaba preparando para enviar a un equipo de Omicron Scorpions con algún tipo de variante de la tecnología "Acorazado" que desplegó en Dunwich como parte de una expedición al sudeste asiático, en concreto a Tailandia. Su plan era alojarse en un hotel a la espera de poder establecer contacto con un sujeto que les podría guiar hasta un punto indeterminado en mitad de la selva. Dicho sujeto era un mercenario y experto guía en expediciones a lugares remotos. Por ello, la misión de Alfa Strike, si decidía aceptarla, era desplazarse hasta Bangkok, contactar con el guía y reclutarlo. A sí mismo, había que tratar de sabotear al equipo de Omicron Scorpions y obtener datos de inteligencia sobre sus nuevas armaduras "Acorazado". Ni que decir tiene que todo el equipo estaba dispuesto para entrar en acción de inmediato. La única excepción era Welcome, a quien Loki recomendó permanecer en Arkham. Esto se debía a un triple motivo: la joven podía aprovechar para no descuidar sus estudios, supervisar los avances del Culto de la Cabra Blanca en Dunwich y, de paso, recuperar el sueño perdido aprovechando la afonía de los adoradores del Gran y Poderoso E, que de tanto cantar habían perdido la voz además de perturbar el sueño de los arkhamitas.

Bangkok, Tailandia. 2 días más tarde
El equipo de Alfa Strike había llegado a Bangkok sin contratiempos, y habían hecho uso de un hechizo de ilusión para alterar el aspecto de aquellos que pudieran llamar la atención demasiado. En caso de Raijin y Fujin no hacía falta, ya que tenían prevista una gira por ese país, y, como músicos excéntricos, no se dejaban ver sin estar caracterizados como onis, o eso creían sus fans.

Una vez reunidos, Loki los organizó para cumplir los diversos objetivos a cumplir: Summanus, Ares y Brontes se ocuparían de adquirir el equipo necesario y organizar la expedición; Zeus y N'kari se ocuparían de localizar el hotel donde se alojaban los representantes de NWE y sonsacarles la información; Loki, Set, Bastet y Pkaurodlos irían a negociar con el guía. Los demás tendrían libertad para hacer lo que quisieran, aunque esto implicara tener a Brontes vestido con una camisa a flores y bermudas realizando visitas turísticas o emborrachandose con Thor en cualquier lugar.

Mientras Zeus y N'kari se ocupaban de su tarea, Loki y su equipo se dirigieron a la oficina y sede de Expediciones Halcón, la empresa del hombre al que buscaban los de la NWE. Allí, tras pasar el filtro de una secretaria muy celosa, lograron que les recibiera el CEO en persona, el individuo a quien habían ido a buscar. Al entrar en su despacho, encontraron a un hombre de estatura media, muy bronceado y de imponentes rasgos egipcios, dotado del rostro orgulloso de un faraón, sólo estropeado por un parche que cubría uno de sus ojos. El otro, al ver entrar a aquel grupo, se abrió súbitamente. Set fue el primero en hablar:

-¡Horus! ¡Qué sorpresa verte!

-¡Set! 

Fuera, la secretaria escuchó un grito de furia, seguido del sonido producido por el impacto del puño de un dios contra la cara de otro dios, para, a continuación, ver como Set salía volando destrozando la puerta en su camino y un par de paredes. Set y Horus tenían un largo historial de rencillas y rencores.

Mientras el dios egipcio del desierto y las tormentas (de arena) se recuperaba, Loki y Bastet decidieron hacerse cargo de la situación. El Herrero Mentiroso trató de calmar al egipcio y explicarle la situación. Por suerte, Horus ya estaba al tanto de las actuaciones de la NWE, que desconocía que su posible guía era un dios. Por ello, y tras dejarle claro las intenciones de Alfa Strike y que Set no se entrometería, lograron empezar las negociaciones. Por suerte, Bastet sabía como relajar a su pariente de panteón. Por ello, entre Loki y Bastet lograron convencer a Horus para que les ayudara. Pero este sólo iba a ser el primer paso.

Mientras tanto, N'kari y Zeus habían dado con la delegación de la NWE, y lo que vieron les agradó. La corporación no parecía haberse percatado del espionaje de Alfa Strike, o, por lo menos, no parecía dar demasiado crédito al equipo, pese a los anteriores encuentros que habían tenido. Los representantes de Alfa Strike eran un  grupo de científicos, arqueólogos, expertos en DCC's y una capitana al mando de la escolta de Omicron Scorpions, formada íntegramente por mujeres soldado. Zeus y N'kari se sintieron complacidos ante lo que vieron, y no tardaron mucho en entrar en acción. Una mirada en la recepción del hotel, un cruce casual, una invitación a tomar una copa, y, el destino sigue su curso... A la mañana siguiente, Zeus y N'kari habían cumplido su misión. Destacados miembros del equipo, así como la jefa de la escolta y la totalidad de la escuadra estaban demasiado cansados para poder resultar productivos ese día. Zeus y N'kari se habían entregado a fondo, utilizando las viejas tácticas del flirteo y el sexo. Con la peculiaridad de que, al ser dioses, su resistencia y habilidad eran sobrehumanas. Esto les había permitido dedicarse durante gran parte del día y la noche a tener sexo sin freno con los objetivos más destacados. El único inconveniente fue cuando ambos dioses se encontraron con alguna soldado y algún experto que se resistían a sus encantos. Nada más fácil que intercambiar posiciones al encontrar a un gay y una lesbiana, ya que ambas deidades son bisexuales.

3 días después, en las profundidades de la selva
Habían desafiado a la naturaleza y los elementos para llegar a la Ciudad Perdida del pueblo Tcho-Tcho, se habían enfrentado a problemas de logística de última hora, y habían alcanzado por fin su objetivo. Pero sólo por un breve margen de tiempo habían adelantado al equipo de la NWE. El hecho de que el grupo de dioses no fuera el colectivo más disciplinado, combinado con el inesperado hecho de que toda selva que aparece en una aventura Pulp está llena de ciudades perdidas, tribus hostiles, reinos perdidos de amazonas y demás oportunidades de heroismo y romance había acabado por retrasar al grupo. El equipo NWE había aprovechado para seguir el rastro que iban dejando los dioses, aunque se encontraran con ciudades perdidas medio arrasadas, tribus más hostiles todavía, y reinos perdidos de amazonas entre hostilizadas y satisfechas por la experiencia, además de otras oportunidades de heroismo y romance explotadas.

Por ello, cuando el equipo NWE llegó a la ciudad, se topó con una gran cantidad de tcho-tchos a la fuga, y, tras estos, retoños oscuros de Shub-niggurath apaleados. Lo siguiente fueron dos Horrendos Cazadores bastante machacados. Ciertamente, Alfa Strike iba dejando huella de su paso por la ciudad. Finalmente, alcanzaron a los dioses mientras se enfrentaban al horror final desencandenado por los tcho-tcho para defender su ciudad y el antro del horror estelar: la semilla de los primigenios gemelos Zhor y Lloigorno que moraban en un innominado antro en el centro de la urbe. Se trataba de monstruosidades reptilianas semi antropomórficas cuyas extremidades superiores eran sendas masas de tentáculos. El equipo dirigido por Loki parecía haber encontrado la horma de su zapato. Aquellos monstruos eran sumamente duros y difíciles de combatir. La fuerza sobrehumana de Brontes, Thor, Raijin, Fujin y Perun los dañaba pero las criaturas resistían. La fiereza de N'kari y Misha los superaba, pero no los derrotaba, la astucia y fiereza de Set, Horus, Ares y Loki los derrotaba en estrategia, pero no acababa con ellos. Incluso la fuerza de los rayos invocados por Summanus, Pkaurodlos y los demás dioses del trueno no lograba ponerles fin. La agilidad y velocidad de Bastet permitía a la gata atacar sus puntos débiles, pero aquellos horrores no caían. Por ello, la llegada de los GodHunters, el escuadrón de élite de las tropas especiales de Omicron Scorpions, sirvió para equilibrar la batalla. Superados por un enemigo al que no podían derrotar, las deidades de Alfa Strike se vieron forzadas a formar equipo con sus adversarios. Estos, un comando femenino equipado con una variante de las armaduras "Acorazado" desplegadas por primera vez contra los dioses en la batalla del Largo Día de Furía en Dunwich. Se trataba de exoesqueletos potenciados blindados con una tecnología más avanzada. Más voluminosos y pesados, también incrementaban de forma exponencial la fuerza del soldado, al tiempo que ofrecían un blindaje más resistente. Además, estaban equipadas con armamento diseñado especialmente para luchar contra horrores de los mitos: espadas mágicas, lanzallamas, cañones eléctricos básados en la tecnología de Tesla y los lanzarrayos de los yithianos, era todo un despliegue diseñado para combatir a Alfa Strike, aunque ahora debían usarlo para luchar a su lado contra este adversario tan formidable.

La entrada en acción de la escuadra de GodHunters ayudó a equlibrar las fuerzas e inclinar poco a poco la balanza contra los defensores. Sin embargo, esto no hizo que la lucha fuera menos cruenta. Por ello, Pkaurodlos, cuyas habilidades diplomáticas e infomáticas resultaban inútiles en ese momento, aprovechaba al máximo su poder de dios del trueno para invocar a la tormenta junto con sus compañeros, al tiempo que ayudaba con sus habilidades médicas. Mientras tanto, el combate urbano en el que se hallaban involucrados era devastador. Los relámpagos, llamados por Alfa Strike, caían entre la abundante lluvía producto de las tormentas y formaban un caos eléctrico. A esto había que añadir las poderosas descargas de los cañones lanzarrayos de las GodHunters. Al retumbar constante de los truenos había que añadir los gritos de dolor de las bestias reptilianas, progenie de los primigenios gemelos Zhor y Lloigorno al ser abatidas, las ordenes a voces de Loki y Perun para coordinar a los dioses y las comunicaciones de las mujeres de Omicron Scorpions.

Pero el esfuerzo continuado y la lucha sin fin iba cosechando sus frutos. Poco a poco los defensores comenzaron a replegarse hacia un horrendo y blasfemo edificio situado en el centro de la ciudad. Era el indescriptible hogar de las monstruosidades gemelas, el antro del horror estelar. De su interior comenzó a surgir una abominable e impía música que atormentaba a los oídos de todo aquel que la escuchara, era un sonido de otro mundo, una fuerza audible creada para destruir la cordura y la mente de todo aquel que la escuchara, era la fuente de toda impureza y maldad de la que se alimentaban las discográficas para atormentar al mundo con los cantantes de moda para adolescentes y demás aberraciones musicales como el reggaeton. Era la locura encarnada en una onda sonora. Era la retorcida música de las esferas de la maldad suprema y definitiva. Ni los filtros sonoros de las GodHunters podían bloquearla por completo, y todos aquellos que la escuchaban se sentían aturdidos, mareados, confusos. Incluso los dioses de Alfa Strike se veían superados por aquella aberración. Aunque podían sobreponerse con un esfuerzo de voluntad, no era nada fácil. Por ello, Loki reunió a los suyos y, con un gran esfuerzo, les explicó el desesperado plan que había concebido:

-¡Esto es demasiado! ¡Zhor y Lloigorno son demasiado poderosos! ¡Han logrado despertarlos y van a destruir el mundo con esta música! ¡Hay que llamar a los que están por encima de nosotros! ¡Debemos convocar a los Arquetípicos! ¡Sólo ellos pueden derrotar a este horror!

Los dioses se estremecieron. No era cualquier cosa el convocar a los Arquetípicos, aquellos cuyo poder era capaz de derrotar a los Primigenios y que, según Brian Danforth, habían logrado encadenarlos y encerrarlos, porque eran el Bien Cósmico contra el Mal Cósmico, y demás chorradas de este escritor, como su absurda teoría de los elementos. Por ello, y viendo que era su única oportunidad antes de que el cerebro de las GodHunters se convirtiera en queso fresco y de que Zhor y Lloigorno emergieran de su antro, aceptaron el plan de Loki. Formaron un círculo juntando sus manos y comenzaron a entonar un cántico de llamada que, sospechosamente, sonaba parecido a Born to be wild de Steppenwolf.

Mientras los dioses cantaban y las GodHunters trataban de mantener su cordura mientras luchaban contra la última resistencia de la semilla de Zhor y Lloigorno, las grandes puertas del antro del horror estelar se abrieron poco a poco. De su interior, junto con la anómala música destructora de mentes, surgieron dos figuras descomunales, dos colosos de 20 metros de altura. Eran dos grandes reptiles semi antropomórficos, cuyos brazos eran manojos de tentáculos y su espalda estaba cubierta por una cresta cristalina. Parecían dos versiones mutantes de Godzilla que cantaban su anormal, blasfema e impía música de la locura, eran el horror venido de las estrellas para atormentar a la especie humana con sonidos procedentes de otros mundos no aptos para la cordura del hombre.

Pero, a medida que avanzaban, Alfa Strike concluía su invocación. Desde el cielo surgieron enormes haces de luz, como proyectados por gigantescos focos mientras comenzaba a sonar Heartbreak Hotel, de Elvis Presley, interpretado por un coro de otro mundo. Aparecieron entonces un grupo de Servidores de los Otros Dioses con instrumentos musicales con los que interpretaban la música de la canción. Y, finalmente, ante ellos, apareció Kthelvis, el Dios Arquetipico cuya atribución es la música de las esferas. Y así era Kthelvis, pues su aspecto era como el de Cthulhu, pero donde uno era oscuro, el otro era luminoso, de ojos tornasolados y enorme corpachón blanco, ataviado con un mono amarillo con lentejuelas y grandes solapas como el que vistió  su principal sacerdote que se convirtió en leyenda del Rock. Y, siguiendo el compás de la banda, cantó la música de las esferas mientras movía sus caderas.

Las monstruosidades gemelas, los horrores descendidos de las estrellas para traer la locura y el caos con su disonancia sonora, trataron de contraatacar, pero el poder de Kthelvis era superior, y la música de las esferas los hacia estremecerse y retroceder. Pero el poder de Kthelvis no iba a dejarles huir en vano. Incrementando el volúmen y el poder de su canción, atacó a aquellos horrores. Estos, finalmente, acabaron por reventar en una estridente y cacofónica inmolación. Con los aplausos del público  (Alfa Strike y las GodHunters), Kthelvis se retiró. La amenaza había sido contenida, un poder que habría destruido a la humanidad y que NWE no podría dominar. Por ello, ambos grupos acabaron por retirarse, esperando una futura confrontación.