viernes, 26 de febrero de 2016

Weird Bio-Hazard (parte 2): Entrando al laboratorio del horror innombrable

El Incursor Subterráneo iba avanzando destruyendo la roca a su paso como si fuera arcilla. Un vehículo como este parecía el sueño enloquecido de un tunelador, intentar describir algo que parecía un cruce entre una excavadora, un camión postapocalíptico y un taladrador supera con creces la habilidad de cualquiera. De hecho, contemplarlo de seguido seguro que afecta a la cordura de la gente. Su capacidad de avanzar bajo tierra sólo era superada por la raza conocida como los chtonianos, pues estos son capaces de arrasar tierra y roca como si fuera gravilla, mientras que el poder destructivo del Incursor Subterráneo es inferior.

Este vehículo enloquecedor iba pilotado por un miembro de la única raza que sería capaz de construir semejante monstruosidad, un morlock del equipo Exile, supervivientes de un futuro que los seres humanos no deberían conocer. El morlock conocido como Konstantin llevaba un uniforme de piloto de la segunda guerra mundial con modificaciones que blindaban su cuerpo y miraba fijamente al exterior a través de sus gafas de aviador. Detrás de él, podían verse dos cabezas intentando ver qué es lo que miraba con tanto interés, pues  ellos sólo veían roca siendo pulverizada. Esas dos cabezas pertenecían a dos miembros de un grupo de poder superior al que podía imaginar un morlock. Ambos eran dioses, ella era la diosa gato de la mitología egipcia, vestida con el uniforme de pícaro que había decidido usar, un mono verde con lineas y guantes blancos con capucha; él  iba vestido con uniforme de sanitario y era el dios de las buenas maneras adorado por aztecas, toltecas, iberos, extraterrestres educados, mayas, un club de caballeros inglés y a saber qué otra clase de cultivadores de los buenos modales. Detrás de ellos había tres mujeres sentadas y claramente nerviosas. Nunca habían participado en una operación de estas características y se preguntaban si volverían sanas y salvas, y en caso de hacerlo, si volverían con las manos vacías y un rotundo fracaso. Su objetivo, un laboratorio en el que se fabricaban horrores de todos los colores, sabores y formas.

Una hora antes. Las 09:45. Sala de reuniones de Alfa Strike en Las Tierras del Sueño

-Escuchad atentamente, porrrque me encarrrgaré de vuestrrrros objetivos -dijo Perun mientras Misha daba vueltas cerca de él (a partir de ahora, nos ahorraremos la pronunciación del dios eslavo para evitar desmayos en los lectores).

Frente al poderoso Perun estaban en pie Bastet, Pkaurodlos, Kate Ashford y dos clones de Welcome conocidas como Ártica y La Buhonera. El dios eslavo estaba frente a un mapa de las instalaciones de BioGen en Dunwich. El resto del equipo de Alfa Strike ya había recibido sus objetivos, y sólo faltaba por saber qué harían ellos.

-Mientras nosotros nos encargamos de nuestra parte -siguió explicando Perun -, vosotros entraréis al laboratorio a través de una ruta subterránea gracias a nuestros aliados morlocks. Os conducirá un piloto del equipo Exile, así que no os preocupéis por el tema de cómo llegar. Una vez en el laboratorio tenéis que llegar hasta el Sistema de Bloqueo de Incursiones Interdimensionales y destruirlo. Dicho sistema se encuentra en este lugar que os estoy señalando. Después de esto, tenéis que dar con el resto de clones, a los que hemos denominado amorosamente welclones, así como al sujeto original.

-¡Ey, un poco de respeto! -exclamó Kate -. Que ese "sujeto original" es mi nov... digo... amiga. Además ¿por qué no hemos llamado a la policía, al FBI, al ejército, a quien sea?

 Perun se le quedó mirando durante unos instantes en silencio.

-Los mortales sois muy ingenuos. Que las autoridades descubrieran la existencia de algo así podría incurrir en el caos, por no hablar de que no están capacitados para enfrentarse a lo que puede que haya allí dentro.

-¿Y nosotros sí? -preguntó ella.

-Puede que no te hayas dado cuenta, pero antes has interrumpido a un dios de las tormentas eslavo que podría aplastar a veinte hombres con un dedo. Hay en ti más valor y fuerza de lo que crees.

Misha se acercó a la joven y le dio un lametazo en la cara.
Perun fue a decir algo más, pero de repente, de algún sitio salió un gato que dio un salto y se le subió en el hombro.
-¿De dónde ha salido esta criatura peluda? -dijo el dios eslavo cogiendo al animal con las puntas de los dedos.
-Esa "criatura peluda" es uno de mis invitados -le respondió Bastet -. No creas que han olvidado lo que hicísteis en Ulthar hace un año, así que les he permitido acceder a nuestro cuartel para hacernos compañía.
El gato miró a Perun con ojos de depredador felino.
-No me gusta cómo me mira... y no creo que a Brontes le guste que estén por aquí, ni a Loki.
-Eso ya lo veremos -le dijo Bastet con una sonrisa que dejaba ver sus colmillos.

Ahora. En algún lugar por debajo de Dunwich

-Estamos llegando. Preparaos -dijo Konstantin.

Los ocupantes del vehículo sintieron cómo éste empezaba a ponerse en posición vertical y comenzaba a ascender hacia la superficie. Se ajustaron el cinturón y sintieron la aceleración del Incursor Subterráneo, que iba cogiendo más velocidad según se acercaba al exterior. Finalmente, el vehículo rompió el suelo y apareció en la superficie, soltando una nube de polvo y cascotes. Bastet asomó la cabeza por una escotilla y pudo ver a un grupo de mujeres intentando ocultar su desnudez. El Incursor Subterráneo había aparecido en unas duchas.

-¿No había otro lugar mejor para salir que los vestuarios femeninos? -preguntó la diosa egipcia.

-¿Bromeas? Siempre he querido hacer esto desde que vi Porky's -le respondió el morlock quitándose las gafas de aviador.

-Pero ahora sabrán que ya estamos aquí -replicó Bastet.

Konstantin sacó de debajo del panel de control del vehículo una gatlin tamaño morlock y se armó con ella.

-Como si no fueran a enterarse saliéramos donde saliéramos con el escándalo que arma el Incursor Subterráneo al salir a la superficie. ¡Vamos, la impaciente tiene hambre!

La diosa felina cayó con un grácil salto al exterior del vehículo, pero cuando sintió el agua de las duchas, empezó a dar saltos y a bufar por toda la sala.

-¿Pero qué le pasa? -preguntó Kate saliendo del vehículo y quedándose estupefacta ante las carreras descontroladas de Bastet.

-Estimada amiga, Bastet no deja de ser una gata, y como tal, no tiene especial aprecio por el agua -le respondió Pkaurodlos mientras se acercaba tranquilamente a las duchas y las iba cerrando una a una.

El resto del equipo bajó del vehículo y tomando posiciones por las duchas.

-¡¡Voy a matar a ese morlock!! -exclamó Bastet después de sacudirse el agua.

Antes de que la diosa egipcia pudiera lanzarse sobre Konstantin y darle su merecido, la puerta de las duchas se abrió y aparecieron unos guardias de Ómicron Scorpions armados hasta los dientes.

-¡¡¡Quietos todos!!! -exclamó uno de ellos.

Las dos welclones se miraron de reojo y sonrieron. Si aquellos cabrones querían hacer de ellas soldados, soldados era lo que iban a tener. Ártica abrió la boca todo lo que pudo y de su interior surgió una ráfaga de viento helado que alcanzó a los guardias y los congeló al instante. Una vez hecho esto, la Buhonera sacó de debajo de su abrigo dos ametralladoras y acribilló a los guardias, convirtiéndolos en cientos de pedazos de hielo que se dispersaron por todas partes.

-¡Vaya! Empiezo a pensar que ellas dos solas pueden hacer todo el trabajo -dijo Konstantin.

El equipo salió de las duchas y se encontraron en los vestuarios, donde ya no quedaba nadie, tan sólo estaban los casilleros, algunos de ellas todavía abiertos y con ropa desperdigada por los bancos de madera. Fueron avanzando lentamente hasta llegar a las puertas que los llevarían a los laboratorios propiamente dicho. Konstantin las abrió de una patada y fueron saliendo y tomando posiciones. Ahora se encontraban en un pasillo de paredes blancas y pulcras, bien iluminado. Bastet sacó de su uniforme un mapa del laboratorio que le había prestado Perun y lo estudió unos momentos.

-Debemos avanzar por la derecha -dijo -. El sistema de bloqueo no está muy lejos, pero podemos encontrar resistencia por el camino.

El grupo fue hacia la derecha, asomando con cuidado cada vez que llegaban a una esquina. Afortunadamente, en ninguna se encontraron a nadie, lo que según iban avanzando se iba volviendo más extraño. Finalmente, se encontraron en un cruce a varios guardias tendidos en el suelo inconscientes.

-Parece que alguien más está aquí enfrentándose a esta panda -dijo Konstantin.

-Antes de huir escuché algunos rumores de alguien de la población local que estaba dando problemas a BioGen -dijo Ártica.

-Un poco de ayuda no nos vendría mal -dijo Bastet.

Fueron siguiendo un reguero de cuerpos de guardias inconscientes hasta que vieron a uno caer derribado por algo que parecía un murciélago de metal de unos diez centímetros de largo. Antes de que pudieran hacer nada, del techo cayó algo oscuro que aterrizó cerca de ellos. Al alzarse, vieron que era un individuo con un disfraz (o algo así) de Batman.

-¿Quienes sois vosotros? -preguntó el extraño tipo. Parecía estar usando un distorsionador de voz.

-Somos un grupo de héroes que viene a desmantelar este laboratorio y a liberar a las personas que tienen secuestradas -le respondió Bastet.

El tipo vestido de Batman torció durante unos momentos la cabeza. Pareció sopesar que una mujer gato, una especie de serpiente emplumada, un tipo achaparrado vestido de militar, dos clones mal hechos y una mujer  aparentemente normal no eran nada que no se viera todos los días en Dunwich.

-Os ayudaré a acabar con esta maldad, me podéis llamar El Camarero Oscuro -dijo al fin.

Bastet le explicó cual era su objetivo y le mostró el mapa. A partir de entonces, fueron avanzando con mayor rapidez. El Camarero Oscuro iba derribando a los guardias que iban encontrándose, pero la resistencia parecía ser mínima.

-Esto es muy extraño -dijo Bastet - ¿Dónde está todo el mundo? ¿Por qué no estamos teniendo escaramuzas en cada esquina?

-A lo mejor están todos en la cama -le respondió el morlock.

No tardaron en alcanzar la sala donde estaba el sistema de bloqueo. Entraron allí y cerraron la puerta desde dentro.

-Bien ¿y ahora cómo anulamos el sistema? -preguntó Kate.

De repente, Konstantin y la Buhonera sacaron sus armas y acribillaron todo el equipo electrónico, los ordenadores y los aparatos de lucecitas que parpadean que hay en todo laboratorio maléfico.

-Ya está. Sistema anulado -dijo Konstantin.

En ese momento, las luces, que hasta el momento habían sido blancas, se convirtieron en un rojo peligro y una atronadora alarma comenzó a sonar por todas partes.

-Uy -dijo el morlock.

-¿Cómo que uy? -preguntó Kate.

-Por lo que veo en este cartel, no sólo hemos destrozado el sistema de bloqueo... también hemos abierto las celdas de todos los experimentos.

-Uy -dijo Kate palideciendo.

                                           ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡CONTINUARÁ!!!!!!!!!!!!!

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